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  • Foto del escritorBelén Matanza

Cáncer de mama, ese temido enemigo




Esta semana voy a hablaros de uno de los tumores más temidos por las mujeres, pues el sexo femenino es su principal factor de riesgo, afectando a un 99% de las féminas. Me imagino que ya todas sabéis que os estoy hablando del cáncer de mama, que es el tumor maligno más frecuente entre nosotras.


Creo que no existe ninguna mujer que no posea en su círculo de amigas, alguien que haya tenido que pasar por esta enfermedad, que es sentida por nosotras como una espada de Damocles. Concretamente en mi entorno tengo varias que lo han padecido y, afortunadamente, lo han contado, aunque alguna con secuelas tan drásticas como es la pérdida del seno, por lo que conozco bien el proceso por el que pasan. Si todas ellas han logrado superar la enfermedad ha sido gracias al cribado que se realiza mediante las mamografías, pues, a todas, les han detectado el cáncer mediante esta prueba preventiva, por eso, os animo que participéis en los programas de cribado, porque no hay mejor manera de tratar este cáncer que la prevención, la detección precoz es fundamental.


Como todos los cánceres, el de mama es un tumor maligno que se produce por un crecimiento anormal y desordenado de las células del tejido mamario, pudiendo originarse en los conductos galactóforos o en los lóbulos mamarios y pudiendo, a su vez, ser no invasivo, que se conoce como “in situ” si queda contenido dentro de los lóbulos mamarios o bien ser invasivo, si las células tumorales salen de los conductos y lóbulos mamarios, y metastatiza con mayor frecuencia, en el pulmón, los huesos, el encéfalo y en el ojo.


Además del sexo, los principales factores de riesgo son la edad, aumentando su frecuencia en la premenopausia, siendo el período de más riesgo entre los 45 y 55 años, los antecedentes familiares, con mayor riesgo de padecerlo si lo han padecido los padres, en mujeres con menarquía precoz (menstruación antes de los 12 años) o menopausia tardía (más de 50 años), con antecedentes de patología mamaria benigna previa; mujeres que no han tenido hijos o que han tenido el primero después de los 35 años, lo que aumenta el riesgo de padecer el cáncer de mama hasta en tres veces; la obesidad el sedentarismo, consumo de alcohol, dietas ricas en grasa y baja en folatos (pan integral, cereales, hígado, zumo de naranja, lentejas, levadura, verduras…), y las radiaciones ionizantes.


Como curiosidades, quiero indicar que la esterilidad resulta ser un factor protector frente al cáncer de mama, y que las mujeres de raza blanca tienen más probabilidad de desarrollar este tumor que las mujeres de raza negra. Existe mayor riesgo también en las mujeres con tratamiento hormonal sustitutivo y anticonceptivos orales, que el ejercicio físico reduce el riesgo, así como la lactancia materna que disminuye su incidencia durante la premenopausia.


Las principales pruebas diagnósticas son las mamografías periódicas que han demostrado reducir la mortalidad, siendo el 30% de las lesiones que detectan tumores microscópicos que no invaden en profundidad, y que suelen tener buen pronóstico. Es muy importante la autoexploración mamaria, recomendándose realizarla una vez al mes, entre los días 5 y 8 del ciclo, y la técnica correcta de realizarla es palpar la mama en círculos concéntricos, comenzando por la circunferencia exterior del tejido mamario y el pezón, dividiendo la mama en cuatro cuadrantes examinando cada uno de ellos desde fuera hacia el pezón, utilizando la yema de los dedos, e incluyendo la axila y el pezón y no olvidando observar la forma de la mama y el aspecto del pezón, para lo cual se deben situar delante de un espejo con las manos detrás de la cabeza, y ante el menor signo de alteración se deberá acudir al médico, siendo los principales signos de alarma el nódulo mamario palpable, el dolor, el engrosamiento del pecho, el picor o la sensación de quemazón y las adenopatías (bultos) en la axila o en la zona clavicular, la piel con aspecto de piel de naranja, retracciones, cambios de tamaño o secreciones en el pezón, calor o rubor de la mama, úlceras en la piel…


El principal cáncer de mama es el carcinoma, distinguiéndose los carcinoma ductal, lobular y el inflamatorio. El primero es el que tiene su origen en los conductos galactóforos, siendo el más frecuente de todos, y representando el 80% de los casos y, si no es invasivo, la tasa de supervivencia es del 100%. El carcinoma lobular tiene su origen en la glándula mamaria, y representa entre el 10 y el 15% de los tumores. Mientras que el inflamatorio es el más agresivo, de rápido crecimiento y se caracteriza por producir inflamación de la mama y pezón invertido, de ahí, que se recomiendo observar el pezón y la forma de la mama durante la técnica de la autoexploración mamaria.


Pero si os detectan un tumor de estas características no tiréis la toalla porque existen tratamientos variados, de los que hablare en mi próximo artículo.


Imagen de - edad de niebla -




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