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  • Foto del escritorEstrella Collado

El sexo en la realeza puede cambiar el curso de la historia



Todo el mundo conoce a grandes rasgos la vida de Enrique VIII de Inglaterra y de sus andanzas mujeriegas, cuestión que le llevó a uno de los grandes cismas y un gran giro en la historia de su país. Como sabéis el segundo de los Tudor se casó en primeras nupcias con la hija de los Reyes Católicos, Catalina de Aragón –viuda de su hermano-. A pesar de ser un matrimonio pactado todo va bien hasta 1526 en que el Rey en una fiesta de Carnaval se enamora perdidamente de la camarera de su esposa de nombre Ana Bolena. Dos años más tarde se empeño en la nulidad de su matrimonio con Catalina para casarse con Ana. El pretexto que utilizó Enrique VIII fue el de la infertilidad de la reina quien no podía darle un heredero para el trono. El papa Julio II influenciado por Carlos V –poderoso y cabeza visible de la cristiandad europea, y sobrino de Catalina, se niega a concederle la nulidad. Produciéndose el hecho conocido por todos que da lugar a su ruptura con Roma y a su auto nombramiento como papa, surgiendo de este modo en Inglaterra la Iglesia Anglicana.


Sabida era su debilidad por las mujeres,no obstante está atestiguado documentalmente que a pesar del porte y gran tamaño físico, el rey tenía un miembro viril pequeño que además del tamaño, la función tampoco era buena. Y así consta en una declaración de una cuñada de Bolena en la que confiesa a los interrogadores que su cuñada Ana se quejaba de que “la espadade su esposo había perdido filo y no cortaba. Que le costaba gran esfuerzo desenvainarla, una vez empuñada la esgrima concluía antes de empezar la faena. Además Ana Bolena comentaba con toda la corte que la “espada” del rey no merecía tal nombre sino el de “alfiler”. Cuando llegó a los reales oídos fue tal el cabreo de Enrique, que tras fuertes insultos y lindezas como “perra ingrata” la acusa de mancillar su nombre y de deshonrarlo públicamente. Y como también sabréis no se que quedó la cosa ahí…y ordenó que la decapitaran. Eso si al día siguiente de estos hechos casó el rey nuevamente en esta ocasión con Juana Seymour. Pero además de asesinar a sus esposas este sádico rey era un peligroso asesino, durante su reinado hubo más ejecuciones que en cualquier otro de la historia de Inglaterra.




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