Belén Matanza
Envejecimiento saludable

Esta semana al comentar con una amiga, médico, que pensaba hablaros de las úlceras por presión y me remarcó que insistir en este tipo de cuestiones suponía relacionar el envejecimiento con esa clase de problemas y, de alguna forma, normalizarlos en la edad adulta, cuando esto ni es lo habitual ni tampoco lo normal.
Así que he preferido hablaros del envejecimiento activo y saludable, pues insistimos en los aspectos negativos del envejecimiento y olvidamos todo lo positivo que supone esta etapa de la vida. Como dice mi maravillosa amiga Merche, el envejecimiento es solo la consecuencia de haber vivido, pero es una etapa que podemos disfrutar muchísimo y que dista mucho de esas connotaciones negativas de decrepitud, enfermedad y soledad con la que habitualmente la relacionamos.
Me imagino que los que hayan llegado a esta época de la vida se han dado cuenta que, por fin, podemos disfrutar de nuestro tiempo libre. Hemos llevado a puerto a nuestros hijos, las más de las veces estamos jubilados, con lo que nos hemos liberado de la tiranía de tener que estar atado a nuestro puesto de trabajo, y se nos abre un mundo de oportunidades en el que realmente podremos hacer todo lo que hemos querido, como viajar, leer, disfrutar de nuestros amigos y familia...
Seguro que todos oísteis hablar del envejecimiento activo, que no es otra cosa que disfrutar de buena salud física, disponer de un entorno social favorable, estar bien con nosotros mismos y los que nos rodean, y en definitiva, extender la calidad y esperanza de vida a edades bien avanzadas. Si las mujeres de cincuenta años han pasado de ser "cincuentonas" a "cincuentañeras", lo mismo sucede con las personas de 80 y más años, que al haberse alargado la esperanza de vida, hoy en día son unos auténticos “chavales”, que siguen disfrutando de la vida como hacían a los 40 y los 50 años, e incluso más, porque ya no están vinculados a una vida laboral que las más de las veces ata demasiado.
Y como siempre, los pilares donde se sustenta este envejecimiento activo son la alimentación saludable (en mi próximo artículo volveremos a hablar de la fórmula del plato), actividad física regular, cuidar nuestro cuerpo (para ello es importante realizar ejercicios de fuerza, flexibilidad y equilibrio), mantener activa la mente, y fundamental, tener una actitud positiva en la vida que consiste únicamente en saber ver la parte buena de las cosas, y olvidarnos de la negativa, eso de como ves el vaso, si medio lleno o medio vacío, define muy bien la esencia de la persona y si esta se centra en lo que suma o en lo que resta. Así que ojo avizor, hay que ser siempre positivo, y os puedo asegurar que se aprende.
Y por supuesto, no hay que olvidar las relaciones sociales. El entorno es muy importante en la calidad de vida. Tener buenas relaciones con los amigos, la familia, y el vecindario redunda en el bienestar personal. Llega un momento en la vida que tenemos que saber rodearnos de gente que nos aporte positividad, a estas alturas creo que ya todos somos capaces de reconocer las personas tóxicas y poner pies en polvorosa.
Como veis, el envejecimiento activo no tiene truco, se trata solamente de disfrutar de los pequeños placeres que la vida nos va proporcionando, y ello, repercute en nuestro bienestar físico y mental. Mientras escribo estoy acordándome de cuando estudiaba enfermería cómo las profesoras nos insistían en el abordaje holístico del paciente que nos obligaba a plantear una atención integral del enfermo que incluía, no solo el cuerpo sino también la mente, las emociones, la espiritualidad, la religión y las relaciones personales.
Solamente cuidándonos, sin importar la edad que tengamos, lograremos añadir años a la vida y vida a los años. Como dice un amigo mío, envejecer es maravilloso. No todos tienen la fortuna de lograrlo, por lo que aprovechad las oportunidades que os brinda la vida, personalmente, en la medida de lo posible, intentaré guiaros en la toma de las decisiones adecuadas para mejorar vuestro bienestar.
Imagen de - edad de niebla -