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La circuncisión

Rito de iniciación sexual o rito religioso



Circuncisión significa “incisión en redondo", consiste en la extirpación del prepucio de los varones.


Heródoto hace en sus escritos deducciones interesantes que aseveran que los negros habitantes de Cólquida –antiguo estado, que hoy conocemos por Georgia, en la costa oriental del Mar Negro- eran originarios de África, y con más precisión de Egipto; y no por el color de su piel, precisamente, sino por el hecho de que se circuncidaran, operación que sólo sabían realizar los colcos, egipcios y etíopes. Cita el padre de la historia que los fenicios y los sirios de la Palestina habían confesado haber aprendido el uso de la circuncisión de Egipto. Teniendo en cuenta que el historiador y geógrafo griego vivió entre el 484 y el 424 a.C, y no pudo conocer las Escrituras hebreas, ni el Génesis, no deja de asombrarnos el hecho de que manejase información a cerca de este tema.


En general la circuncisión tuvo un sentido sexual y no religioso, con algunas excepciones que consideran este ceremonial como el símbolo del sacrificio del primogénito, tal como ordenó el Dios hebreo en Egipto. Debido al predominio de esta costumbre entre judíos, musulmanes y otros grupos religiosos se la suele considerar como rito fervoroso hacia la divinidad, pero entre los pueblos primitivos se reduce puramente a un acto de iniciación sexual con implicaciones simbólicas y prácticas, que se celebra en la época de la juventud y no en la infancia, a diferencia de aquellos pueblos para los que su significación es religiosa.


El médico, explorador y misionero David Livingstone recoge en sus cuadernos la observación de esta práctica entre los africanos y afirma que la boguera se reduce únicamente a conmemorar la época de la pubertad, sin más significación devota. En cuanto a la circuncisión entre los hebreos, es una práctica quirúrgica que además de su carácter higiénico está cargada de implicaciones rituales vinculadas con el culto a Yahveh, y ha pasado a personificar de modo muy riguroso lo más característico del judaísmo. Y no solo en el sentido piadoso sino también social y político, hasta el punto que un hebreo no circundado no puede formar parte de la comunidad ni de la nación judía.


Así dice la ley de Yahveh: "Y el varón incircunciso que no hubiera circuncidado la carne de su prepucio, aquella persona será borrada de su pueblo; ha violado mi pacto". Por tanto entre los hebreos este acto tuvo el carácter de consagración a Dios. Para los israelitas esta operación debía realizarse el octavo día después del nacimiento del varón según la ley, y en el mismo acto se daba nombre al niño (Éxodo 12:44). En un principio era practicada por el padre, pero se fueron formando expertos en esta tarea a quienes se les dio el nombre hebreo de mohéel.


Un pasaje del Génesis (17:10-11) evidencia que la circuncisión se impone a modo de un pacto de Dios con su pueblo elegido: "Este será mi pacto, que guardaréis entre mí y vosotros y tu simiente después de ti: Será circuncidado todo varón entre vosotros".


También la circuncisión estaba ordenada para todos los esclavos de los hebreos. Este rito ha trascendido hasta nuestros días tanto en comunidades judías como musulmanas.


Los ocultistas creen que esta liturgia es el ofrecimiento del anillo fálico a la Divinidad, y

en Australia para los miembros de la tribu kardjeri, cuyos mitos cosmogónicos están llenos de connotaciones sexuales, la circuncisión es el segundo de los ritos mistéricos, entre ellos se practica a partir de los 15 años, precedido de otro acto cuando el púber cuenta 12 años de edad, en que en un extraño acto le perforan la nariz y se la adorna con una pluma. En esta ceremonia de extirpación del prepucio, al joven le "conducen al bosque donde escucha los cánticos sagrados, y bebe la sangre de los hombres que se la han proporcionado tras abrirse una vena dejándola rezumar en un recipiente" "Sus familiares le lloran como si fuese un muerto. A continuación realizan una comida solemne donde el muchacho recibe un palo ardiendo con que ha de encender el fuego en el que sus órganos genitales se consumirán". Tras otras extravagantes ceremonias será conducido a la maleza para ser circuncidado con un cuchillo de silex. Y así, por duras que sean, ciertas creencias pertenecientes a la tradición mágico-cultural, tienden a convertirse en sofismas.


Para finalizar citaré alguno de los tabús y supersticiones alrededor de la mutilación ceremonial, por ejemplo en el Congo creen que una mujer se vuelve estéril si toca la sangre vertida durante una circuncisión. En contraposición como postura intactivista, en Guinea –donde no se practica la ablación del prepucio- creían que al circuncidar a un príncipe, este perdía todo su poder, quedando incapacitado por siempre, sin poder ejercer jamás ninguna jefatura. La Iglesia Católica en general rechaza esta práctica al considerar que el rito religioso judío de alianza con Dios ha sido reemplazado por el bautismo. Y numerosas Iglesias Protestantes del mundo actual, sobre todo en Norteamérica, continúan practicando la ablación del prepucio de forma habitual como parte de la tradición abrahámica.


Los movimientos intactivistas ven este rito, ya sea realizado por iniciación sexual o como ofrenda a la divinidad, una auténtica mutilación y una practica cruel e innecesaria y luchan por erradicarla en los países y culturas donde aún se realiza, especialmente a los menores de 18 años.

Imágenes de - edad de niebla -

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