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  • Foto del escritorMerche Toraño

La periodista española que entrevistó a Trostsky. Sofía Casanova



Sofía Casanova nace en septiembre de 1861 en A Coruña. No es un personaje muy conocido en la actualidad ,aunque sí lo fue en su época. Le tocó vivir la etapa mas dura de los principios del siglo XX en Europa. Tiene una historia llena de altibajos de idas y venidas de episodios apasionantes en los que, además de las vicisitudes de sus circunstancias personales, tuvieron lugar la revolución bolchevique, la Primera Guerra Mundial, y la segunda, la Guerra Civil Española, vivió el holocausto nazi en Varsovia y en esa época su trabajo para el ABC estuvo un poco en peligro porque siempre escribió lo que veía sin sesgos políticos, con imparcialidad, aunque era de familia conservadora, y las noticias que enviaba sobre el Tercer Reich no cuadraban mucho en la España franquista. Pero eso os lo contaré en una próxima ocasión porque, la de esta mujer, es una de esas historias que merece la pena conocer.


Hoy, como creo que lo que os ha motivado a entrar en esta lectura es el título, de la historia. La periodista española que entrevistó a Trostky, voy a centrarme en el relato de la propia Sofía sobre el encuentro que tuvo en diciembre de 1917 con este hombre y que el ABC publicó el 2 de marzo de 1918. Le dio a la entrevista formato de crónica y la tituló: En el antro de las fieras, (podéis encontrarla en la hemeroteca digital del ABC).


Un mes después de la llegada al poder de Lenín. y como corresponsal del ABC, Sofía Casanova entrevistó nada más y nada menos que a un ucraniano de origen judío que se llamaba Lev Davidovich Bronstein, uno de los artífices de la Revolución Rusa y la mano derecha de Lenin, y que la misma Sofía consideraba el más inteligente de los integrantes de la Revolución. Este hombre, que fue asesinado en México en 1940. era conocido como Trotski (Leon)

ABC de 2 de marzo 1918. Entrevista a Trostky. Sofía Casanova


La ocasión podía haber sido contada de forma más fría y hasta con ánimo de desprestigiar, sin embargo el relato, aunque es crítico, está envuelto en un halo de literatura que arrastra irremediablemente a su lectura. Era su forma de hacer periodismo. Comienza así:


“Cuando hace cuatro días me decidí, en secreto de mi familia, a ir al Instituto Smolny, una nevada densa y callada caía sobre San Petersburgo. Deseaba y temía ir -por qué no confesarlo- al apartado lugar donde funcionaban todas las dependencias del Gobierno Popular. Como no me atrevía a ir sola ni otra persona alguna se hubiera atrevido a acompañarme, dije a la fiel galega, inseparable nuestra en estas penalidades, que viniera conmigo, pero sin descubrirle el objeto de nuestra salida”.


(la fiel galega era Pepa, una chica que Sofía había llevado con ella en uno de los viajes a España para que la ayudara con las niñas y que fue luego su mejor amiga e iba con ella a todas partes).


Continúa en un breve relato describiendo el trayecto que recorrió en aquella tarde: “las cinco de la tarde… oscura y fría. Solitaria y con el suelo resbaladizo” hasta llegar al instituto Smolny donde la recibiría Trotsky, sin cita previa, sin aviso… y donde, además, le mostró el telegrama con el que los austrohúngaros aceptaron el armisticio que Lenin había pedido. Hoy eso significaría una exclusiva conseguida por Sofía Casanova.


En dos páginas dedicadas a la entrevista sigue contando la periodista cómo la reciben los guardias de la entrada, de paisanos, calentándose en una hoguera; lo fácil que resultó que la condujeran hasta el despacho de Trostky y el miedo de Pepa cuando se enteró de dónde estaban, y cómo, aterrada, le dice "¿Adonde me leva señora? Mire que aquí nos matan, a canalla esta muy armada, a mi me tembla o pulso”.


Describe a Trostky como un hombre simpático, con escaso atractivo, de espesa melena revolucionaria, que evita hablar de los temas que verdaderamente importan, que la recibe con amabilidad y se expresa con ella en francés, con una agradable voz, que hablaba de paz, que le manifiesta los buenos recuerdos que tiene de España y lo que le gusta como país, y que le parece el más interesante de los compañeros de Lenin. Cuenta que trataron los asuntos sin que Trostky ahondara en ellos, que le habla de su amigo español Pablo Iglesias y que cuando se despiden le manda un saludo para España.


Para quienes no conozcan el estilo de Sofía Casanova, transcribo un párrafo de la crónica, cuando describe el entorno dentro del Instituto Smolny, al final de la entrevista, es un fragmento que debería ser leído con ánimo de reflexión y que me recuerda en cierta manera el objetivo del Experimento de la cárcel de Stanford sobre la desindividuación (artículo anteriormente publicado en este blog):


“ En el antro de las fieras existe menos disparidad entre ellas que aquel que existía en el Palacio de la Duma.

En el Instituto Smolny es todo plebeyamente democrático, y los feroces marineros de Kronstadt, confundidos con la guardia roja, no desdicen de los fríos muros, de las salas desamuebladas, donde funcionan como árbitros de San Petersburgo.

Impresionan y desasosiegan, el Instituto Smolny y sus moradores, porque es un foco de anarquía y porque la ignorancia y el odio de los antiguos esclavos, a todas clases sociales, arma sus manos con el ensañamiento demoledor.

Al fanatismo jerárquico del Imperio sustituye el otro, el de la ergástula en rebeldía.

¿Qué pueblo podrá ser feliz gobernado por el terrorismo de abajo?

Solo la bandera blanca de la paz, que estos hombres levantan, da alivio de una esperanza a nuestra angustia de desterrados ¡La paz!, ¡La paz!, y luego… ¿Qué ocurrirá en las regiones de Rusia dispersas y sin tradición de independencia?

Aquella hoguera llameante sobre la nieve del Instituto Smolny me perece un símbolo del porvenir: !Incendio en las estepas invernales!”


Y firma: Sofía Casanova, San Petersburgo, diciembre 1917


Fue testigo esta mujer de los cambios en la organización de Europa en la primera mitad del siglo XX. Vivió como reportera la Polonia convulsa de principios del siglo, las dos revoluciones en Rusia, la de 1905 y la del 17, dos guerras mundiales, la instauración de la Segunda República y la Guerra Civil de España. Conoció a mucha gente importante como Tolstoi o Marie Curie y Castelao. Fue amiga de Emilia Pardo Bazán, Concepción Gimeno, Zorrilla, Manuel Machado,,, Narró como corresponsal para España la muerte de Rasputín. Colaboró con los mejores periódicos españoles como ABC, La Época, Debate, El Imparcial y la revista Blanco y Negro o internacionales como el New York Times y en la gaceta Polska. Y fue corresponsal del ABC en todos esos momentos históricos.


Tuvo una vida intensa que prometo contaros en la siguiente Historia Contada de este blog.

Imágenes de la hemeroteca digital de ABC

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