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  • Foto del escritorMerche Toraño

Las tarjetas de visita y su uso



Cuántas cosas y costumbres han sido apagadas por la tecnología, una de ellas es la tarjeta de visita, aunque todavía se siga utilizando para algunos casos como en el mundo del trabajo o para dar el pésame en los entierros, fue hasta no hace muchos años una gran imprescindible en la vida social. En la actualidad está siendo sustituida por el teléfono, los correos electrónicos y los whatsapp.


Como su nombre indica esta tarjeta se utilizaba para testificar una visita, pero también para enviar regalos, para recomendaciones, para duelos. Cuando se recibía una ofensa se debía dar la tarjeta al ofensor como garantía de aceptar el desafío; para presentaciones, para pésames, para comunicar ausencias o cambios de domicilio y para casi todo lo que representara una interacción respetuosa entre personas.


Fue hábito hasta entrado el siglo XX hacer una visita de cumplido a alguien que se había conocido y, en el caso de no encontrar a la persona visitada, se dejaba una tarjeta, por el medio que se pudiera, para hacer constar que se había cumplido con ese compromiso social. Existía una tarjeta en la que la señora de la casa escribía, en el ángulo inferior izquierdo, un día de la semana que era el que quedaba en casa para recibir. Con el tiempo la costumbre de esas visitas se ha ido perdiendo pero las tarjetas se siguieron utilizando muy habitualmente para los otros usos mencionados hasta que la irrupción en nuestras vidas del teléfono primero, y los móviles despés, fueron abriendo el camino a las llamadas y mensajes directos, dejando relegada la sufrida tarjeta de visita a la utilización profesional, envío de regalos o manifestación de pésame en ceremonias mortuorias. ¡Ah! ¿Os suena la tarjeta S.D.? Era una especial que se dejaba en el domicilio de los amigos o se mandaba por correo antes de hacer un viaje para anunciar que iban a estar un tiempo fuera. Eran tarjetas normales en las que, en la esquina inferior izquierda, se escribían las iniciales mayúsculas S,D. , que quiere decir: Se despide. .


Para los nostálgicos de los antiguos hábitos sociales, este pedacito de cartulina sigue siendo una especie de carta de presentación que convive cordialmente en su catera con las plastificadas tarjetas de crédito, como ejemplo de que una buena relación entre un pasado socialmente más cortés y cálido, y un presente tecnológico más frío y distante podría ser posible.


Hubo épocas en que una persona llegaba a tener cinco tarjetas diferentes para distintos usos. En la actualidad, aunque todavía existen algunos nostálgicos que continúan esta costumbre, lo más normal es disponer de dos, incluso tres: las de uso social solo con nuestro nombre y apellido o apellidos que es la adecuada para enviar con un regalo, la llamada de presentación, que puede ser personal o bipersonal, a veces con los nombres de los componentes del matrimonio o la pareja, en la que se imprime. Además, nuestra dirección y número de teléfono - ambas pueden servir para manifestar un pésame- y la profesional en la que se hace constar, además del nombre personal, el de nuestra empresa y el cargo que ocupamos. Si tenemos que escribir algo en la tarjeta, tiene que ser muy breve, una frase muy corta, ya que las normas de cortesía dicen que se hace en la parte delantera encima de nuestro nombre, nunca en la parte de atrás. Si queremos poner una nota un poco más larga, deberemos disponer del clásico tarjetón (para acompañar regalos, para felicitar o para condolencias) que es, en tamaño, unas cuatro veces mayor que la tarjeta de visita o de presentación y lleva solo nuestro nombre y apellidos en la parte superior izquierda. Nunca se firman. Nuestro nombre escrito en ella ya la supone firmada.


Por existir, existen hoy por hoy, las ya mencionadas, es decir, la estrictamente personal para acompañar regalos, las de presentación, que como, antes decía puede ser unipersonal o bipersonal las tarjetas de luto o condolencia, aunque están en desuso (son blancas con un reborde negro), las tarjetas profesionales con nuestro nombre y apellido/os, empresa y cargo, dirección número de teléfono y e-mail, si se quiere, y el también mencionado tarjetón para notas.


Fijaos si fueron importantes estas tarjetas, que llegaron a tener un lenguaje propio que todavía se utilizó hasta algo más allá de la mitad del siglo XX. Dependía de unas dobleces cuyo significado muestro a continuación, especialmente, para los amantes de las curiosidades en la cortesía y el saber estar.


SIGNIFICADO:

Doblado de:

Esquina superior derecha, visita

Esquina inferior izquierda, felicitación

Esquina superior izquierda, despedida

Esquina Inferior derecha, pésame

Superior izquierda y derecha, comida

Superior e inferioir izquierda, boda

Doblada hasta la mitad la parte izquierda, recomendación.

Doblada hasta la mitad la parte derecha, excusa

Esquinas inferior derecha e izquierda, baile.

Esquinas superior e inferior derechas, entierro.

Doblada a la mitad , desafío.


Imágenes de - edad de niebla -














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