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Newton, la Ley gravitacional y otras cosas



Todos al hablar de Newton pensamos en él como el “padre de la gravedad” y la causalidad que le llevó a esta conclusión después de que una manzana cayera sobre su cabeza.


Algunos autores, no sin echarle imaginación, cuentan que estando un día, el joven Sir Isaac Newton a la sombra de un manzano vio como caía una manzana, para otros le cayó directamente en la cabeza. Y en ese instante pensó en la noción de la gravitación. Tras meditar y plantearse muchas preguntas ante el hecho, formuló su famosa ley de la gravitación universal: “Todos los cuerpos se atraen con una fuerza proporcional al producto de sus masas e inversamente proporcional al cuadrado de su distancia”. La ley quedaría recogida íntegramente en su publicación “Principia” de gran prestigio en el ámbito científico, que vio la luz en 1687, veinte años después de tan productivo “manzanazo”.


Sin duda, su faceta más desconocida son sus “estudios ocultos”. Más allá de la física, el científico inglés, profesaba gran afición por otras ciencias y pseudociencias. Fue además teólogo , alquimista y también inventor. Newton llegó a desarrollar una fórmula en la que describe todos los puntos a seguir para alcanzar la “inmortalidad”, basados en la creación de una sustancia mágica: eran los primeros pasos para la creación de la mítica “Piedra Filosofal”. Recientemente fue hallado este documento de su puño y letra, escrito en inglés y en latín con el título receta del “Mercurio Sófico”.


Además fue miembro de la Royal Society, ingresó en 1687, de la que llegará a ser presidente, en 1689 es elegido diputado en el Parlamento, asumirá también el cargo de director de la Casa de la Moneda. Por su enfermedad renal fallece el 31 de marzo de 1727 siendo enterrado con todos los honores en la abadía de Westminster.


Imagen de - edad de niebla -

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