Estrella Collado
Sociedades secretas de hombres y mujeres

Existen a través de la historia y fueron creadas para transmitir y preservar determinados ritos esotéricos. En ellas se lleva a cabo la práctica de determinadas experiencias concebidas para alcanzar el armónico funcionamiento de la vida humana con el Universo, con el cosmos o con lo divino. Los iniciados e iniciadas son partícipes del disfrute de algunas experiencias desconocidas o prohibidas para el resto de los mortales a quienes contentaban con un culto oficial y público.
Fueron los grandes maestros, reyes y pontífices quienes han sido encargados de mantener estos cultos secretos. Bajo el lema “la masa debe ignorar lo que no puede comprender”. Por tanto el conocimiento y los textos herméticos estaban reservados a los elegidos. La iniciación comportaba en la mayoría de las veces actos terribles de sacrificio. Algunas de estas iniciaciones incluían la castración, la emasculación y otras acciones de auto-tortura. Por otro lado primaba un gran impedimento para abrir estas sociedades secretas al vulgo. Dentro de ellas se apoyaban los más elevados intereses estando integradas por las aristocracias imperantes en la época: nobleza y alto clero.
Agavé madre de Penteo fue el miembro más importante del culto báquico. Muchos poderosos salieron de estas asociaciones tanto en países civilizados como en sociedades más atrasadas. Entre los Kutas de Ngoyetan solo los jefes del clan podían acceder a esta cofradía secreta donde eran iniciados con pruebas de dolor físico.
Existieron sociedades secretas mixtas, aunque lo normal era la agrupación por sexo e incluso el antagonismo entre sociedades femeninas y las misóginas. Se cree que algunas sociedades secretas pretenden mantener algunos sustratos de sistemas ginecocéntricos o matriarcados, aunque nada hay demostrado. Parece que hubo una corriente ideológica en Grecia que propugnaba una mayor libertad de las mujeres e incluso su participación en asuntos públicos civiles y religiosos.
Las agrupaciones secretas o públicas de mujeres en Grecia están constatadas. Las asociaciones secretas femeninas estaban asociadas al culto de las grandes diosas como Deméter, Hera, Atenea, Artemisa y también de dioses como Apolo, Orfeo y Dionisos este último daba a la mujer mayor posibilidad de lograr su libertad interior y exterior. Entre los galos la mujer estaba emancipada del hombre, algo sin precedente en otros estados fuertes de la antigüedad. Era considerada igual al hombre, disponía de su persona, elegía el marido que quería y disponía de asiento en el consejo y llegaba a alcanzar altas dignidades sacerdotales.
Algunos autores han defendido que la aparición de las sociedades secretas femeninas ha sido un mero intento de copiar a las asociaciones de hombres, sin embargo parece improbable ya que muchas de ellas ejercieron fuerte influencia, para suponer que solo tenían espíritu de club. En las sociedades pitagóricas tanto hombres como mujeres estaban obligados a hacer voto de castidad. Esto sigue siendo actual en determinadas comunidades como son las de religiosos y religiosas.
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