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  • Foto del escritorEstrella Collado

Una reseña sobre el origen de los relojes



El pasado sábado 29 de octubre hemos tenido que cambiar la hora, cuestión que nos ha mantenido pendientes de nuestros relojes, que son como nuestros jefes a los que debemos obediencia y dependencia. Controlan nuestro tiempo y nuestras vidas. Siempre y cada vez más sujetos a estos instrumentos creados para medir el tiempo o para indicar la hora. Pero …¿ Alguna vez nos hemos preguntado como nacieron los relojes?


Ya desde la antigüedad el hombre ha querido atrapar y medir el tiempo, así se evidencia en un yacimiento egipcio donde aparece un reloj de hace unos 4000 años consistente en dos bloques de piedra. Los babilonios en el 1400 a de C. median el tiempo con la clepsidra o reloj de agua. Posteriormente vendrían los relojes de arena. En el siglo XIII el árabe Abul-Hassan tuvo la idea de hacer todas las horas del mismo largo, ya que la subdivisión del día llamada horas del tiempo variaban en longitud, siendo más largas en verano y acortándose en invierno, pero este modelo no fue generalizado hasta el siglo XV.


Los primeros relojes públicos aparecen a finales del s. XIV en las torres de las iglesias italianas. En nuestro país el primer reloj público se instaló en 1403 en la Casa de la Ciudat de Valencia donde permaneció hasta 1413 para ser trasladado y colocado en la torre de la iglesia mayor o campanario principal de la Catedral y posteriormente en 1419 se ubico definitivamente en la torre conocida como “Miguelete”. Durante el Renacimiento se desarrollaron los relojes de sol, siendo el gran Leonardo da Vinci quien los perfeccionó.


Entre los relojes históricos, de carácter público, más importantes del mundo destacan: el de la Frauenkirche en pleno centro de Nuremberg situado en la llamada “Iglesia de las mujeres” en el que cada 12 del mediodía hay el llamado “Desfile de los hombrecillos”, data de 1509. Lugar destacado ocupa también el de la famosa torre londinense del Big ben. No podemos dejar de citar uno de los más espectaculares, el Reloj Astronómico que se encuentra en la fachada del Ayuntamiento de Praga que concentra diariamente numerosas visitas de turistas para contemplar en sus ventanas superiores el desfile de los 12 apóstoles, así como el de otras figuras conocidas como Turco, Muerte, Avaricia, y Vanidad, es, así mismo, uno de los más longevos del mundo pues data de 1410. El reloj más popular de nuestro país es el de la Puerta del Sol de Madrid, no podemos concebir un año nuevo sin tomar las uvas bajo el sonido de sus campanadas. Fue instalado en la torre en el año 1866 regalado a la ciudad por el relojero leonés José Rodríguez Losada, reinando Isabel II quien se encargó de inaugurarlo un 19 de noviembre coincidiendo con sus 33 años de reinado.


El reloj más común es una maquinaria cuyos movimientos se producen de manera uniforme y hacen avanzar unas manecillas situadas sobe una superficie esférica, las cuales van marcando el paso del tiempo. Con respecto a los relojes portátiles y de pulsera surgen en la ciudad de Núremberg a principios del siglo XVI, gracias al maestro herrero Peter Henlein quien creo el primer reloj portátil precursor del reloj de pulsera. Transcurriría mucho tiempo hasta que el francés Cartier fundará el primer negocio de París convirtiéndose en proveedor de la corte durante el reinado de Napoleón III. Este joyero y relojero cuya prestigiosa marca ha perdurado hasta nuestro días, fue el diseñador del primer reloj de pulsera como tal. Un reloj pequeño, cuadrado y plano realizado en oro que se sujetaba a la muñeca mediante una correa de cuero y una hebilla. Aquel diseño causó autentica sensación entre los caballeros pudientes del París de mediados del siglo XIX y comenzó a fabricarlo en serie con el nombre de “Santos”.


Los relojes que han gozado de más prestigio han sido sin duda los alemanes y los suizos, en España a finales del siglo XVIII se potenció este oficio a través de la Real Fábrica de Relojes y la Real Escuela de Relojería fundadas durante el reinado de Carlos III, ya que tanto este como su heredero Carlos IV eran aficionados y grandes coleccionistas de cronógrafos. A finales del siglo XIX se hicieron famosos los Relojeros de Corao, –Cangas de Onís- en Asturias, Los hermanos Miyar y sus familiares. El primero en montar su taller en Gijón fue Basilio Sobrecueva Miyar. Sus relojes de péndulo llegaron a estar muy demandados entre la burguesía de la capital de España, y en importantes empresas, también fabricaron una serie de relojes de bolsillo sistema Roskopf.


La popularización y la evolución de estas maquinarias para medir e indicar el tiempo ha sido imparable hasta nuestros días siendo variadas sus clases, funciones y formas.


Imágenes de - edad de niebla -






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