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  • Foto del escritorMerche Toraño

Se hizo pasar por loca para narrar la vida de las mujeres en un manicomio




Magda Donato la periodista que se infiltró en un manicomio para contar realidad que allí se vivía. Su verdadero nombre era Carmen Eva Nelken Mansberger, fue escritora, periodista y reportera en la II República y en la Guerra Civil españolas, traductora, dramaturga. Autora de cuentos infantiles, crítica de teatro y actriz y una de las mujeres que, afortunadamente, pudieron tener voz y voto en los años 20 y 30 del siglo XX.


Carmen Eva Nelken pertenecía a una familia judía de mentalidad cosmopolita. Con padre de origen alemán y madre francesa, recibió una educación liberal y moderna. Estudió idiomas y sus cualidades personales la llevaron a tener contacto con renombrados intelectuales y a ocupar un puesto relevante en la cultura de la época. Se dedicó desde muy joven al periodismo. De pluma irónica, Eva, “Magda Donato”, criticaba con fuerza el feminismo moderno y católico que lideraba María Espinosa , líder de la Asociación Nacional de Mujeres Españolas. Es intensa y muy interesante la vida de esta mujer como la de otras tantas de las que estoy tratando en este blog, pero hoy quiero contaros una forma de hacer periodismo que marcó su vida como mujer comprometida en la lucha de los derechos humanos, especialmente los femeninos que eran los más lastrados en esa época y que la catapultó a la fama como profesional del periodismo en España .


El mayor deseo de Carmen Eva Nelken, “Magda Donato” era cambiar el mundo a través de sus escritos y enriquecía sus artículos con recursos literarios, ironía y sencillez de discurso, intentando llegar más al corazón de las gentes. Empezó a preocuparse ¡y mucho! por la vida de las internas en un manicomio y pensó que la mejor manera de conocer su realidad era experimentar con ellas esa situación. Y como décadas antes había hecho Nellie Bly, decidió que ese era el único camino para saber la verdad. A “Magda” le interesaba conocer el día a día de esas mujeres que habían sido encerradas bajo el diagnóstico de locura, y quería vivir con ellas su tiempo, sus deseos y sus sueños, si es que tenían alguno. Lo logró y lo contó en un reportaje en el periódico para el que trabajaba .


Aunque ser catalogada de loca en esos tiempos no era excesivamente difícil -tened en cuenta que vivía en una época en que una mujer ya no era considerada muy cuerda por el mero hecho de ser independiente- pero así y todo tuvo que convencer a un psiquiatra para que le proporcionara un certificado médico para ser tratada de una presunta psicosis que sufría. Aunque hacer fotos estaba prohibido logró colar una cámara y en los descuidos de los cuidadores fotografiaba escenas que ilustraron sus reportajes.


Una vez dentro del manicomio vivió una auténtica pesadilla que escribió y publicó posteriormente con el título de Un mes entre las locas. En ese lugar conoció a 87 mujeres, encerradas, muertas en vida, como Doña Lucía, que coleccionaba y desmenuzaba periódicos, Doña Bernardita que jugaba con muñecas como si fueran seres reales o Doña Juanita cuya afición era hacer jerseys que volvía a deshacer en cuanto los terminaba a una mujer a la que "el gobierno enviaba aviones para espiarla" o la que cazaba guisantes con una horquilla que se quitaba del moño. En algún momento había llegado a pensar que podrían maltratarla pero no ocurrió así aunque la permanente vigilancia, los gritos en la noche, las peleas, el riesgo de ser atacada , estuvieron a punto de hacerla enloquecer de verdad. Cuando se cumplía un mes de su entrada en el hospital ya no podía más y decidió confesar la verdad para que la dejaran salir pero ¿qué creéis que pensaría el médico en la situación en que una interna le contara que goza de perfecta salud mental, que es periodista y que lo de su problema de psicosis había sido una treta para poder vivir en el centro y escribir desde allí? Pues exactamente eso que estáis imaginando, que otro cuento más de su mente enferma. En fin, pudo salir gracias a la intervención de sus compañeros periodistas.


Se ocupó de la tragedia de unas personas que por problemas de salud estaban condenadas a habitar hasta el final de sus días en el encierro. Pero esto sería el comienzo de una serie de historias sobre otras instituciones o ambientes sociales en los que los más desfavorecidos tenían que sobrevivir. Después de esos reportajes en el hospital para enfermas mentales también logró infiltrarse en una cárcel de mujeres contando lo que allí ocurría, en morgues o reformatorios y convivir con la indigencia para poder mostrar al mundo otras formas de vida que la sociedad convencional se negaba a querer ver, hizo periodismo vivido. La señora Donato fue la pionera del periodismo Gonzo.


Imagen de la BNE

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