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  • Foto del escritorBelén Matanza

Insomnio. Cómo lograr un sueño reparador



Prácticamente todas las personas, en uno u otro momento de nuestra vida, tenemos problemas para conciliar el sueño y padecemos insomnio, que se esta convirtiendo en uno de los motivos de consulta médica más recurrentes y que tiene mucho que ver con los hábitos de vida que tenemos.


Es tan generalizado, que hoy hasta los niños conocen lo que significa el término de insomnio, o lo que es lo mismo, tenemos problemas para dormir. Dentro de estas dificultades las variedades son bastante amplias, ya que se balancean desde los que no pueden conciliar el sueño, hasta los que se despiertan muy temprano, los que duermen como a pedacitos, pues despiertan y vuelven a dormirse varias veces en la noche. Tanto unos como otros, coinciden en que las noches en blanco son una auténtica pesadilla, porque además las horas se hacen eternas, y ello a sabiendas de que vamos a estar cansados todo el día siguiente.


Como las enfermedades, el insomnio también se clasifica en agudo y crónico. Agudo es un insomnio puntual, que suele venir provocado por problemas de toda índole: estrés en el trabajo, conflictos familiares, vivencias traumáticas... Su duración suele ser de una o dos semanas, y es el más fácil de tratar.


Se considera insomnio crónico aquel que tiene una duración superior a un mes y habitualmente es síntoma o efecto secundario de otras patologías o medicamentos, por lo que tratando la causa, el trastorno del sueño desaparece. Pero existe insomnio crónico, digamos en estado puro, que suele venir ocasionado por estrés de larga duración, somatización de malestar emocional, viajes frecuentes y trabajo a turnos.


El insomnio suele ser mas frecuente en mujeres que en hombres, y aunque puede presentarse en todas las edades, lo cierto es que es más frecuente en adultos mayores. Eso de que a medida que cumplimos años el sueño disminuye, es una gran verdad. Cuanto más avanzamos en el camino de la vejez, más difícil nos resulta conciliar el sueño. Las enfermeras que trabajan en geriatría pueden dar testimonio de cómo muchos residentes son incapaces de conciliar el sueño en toda la noche, o duermen muy poco.


Como pasar las noches en vela no le gusta a nadie, se buscan alternativas para tratar de conciliar el sueño, a veces, no muy acertadas. Pues como ya señalé, tiene mucho que ver con los hábitos de vida y, como sucede en muchas patologías, es preciso cambiar estas costumbres para llegar a dormir bien. El problema es que bastantes personas recurren al uso indiscriminado de somníferos y a veces hasta sin prescripción médica, ya que muchas de estas sustancias se venden de forma libre. De ahí, que quiera hacer una advertencia sobre el uso de estos medicamentos y recomendar el empleo de medidas alternativas que suelen pasar por unos buenos hábitos a la hora de dormir la siesta y cuidar el ambiente para facilitar el sueño, antes que tomar medicamentos, y mucho menos sin prescripción médica.

Entre los buenos hábitos para conseguir un buen sueño nocturno, se encuentra el de ir a la cama en un horario regular, no se si os acordáis del anuncio que nos ponían de pequeños, aquel que a las nueves decía ¨vamos a la cama¨, y era el aviso para que los niños se acostasen, pues constituía una de las mejores enseñanzas de higiene de vida que podían darnos. Los horarios regulares facilitan el sueño. Por contra, la falta de rutina horaria provoca alteraciones, de ahí que el trabajo a turnos y en horario nocturno sea uno de los factores predisponentes para tener trastornos del sueño. La cafeína tampoco está indicada y, por supuesto, tampoco el tabaco ni el alcohol. Cenar al menos dos horas antes de ir a la cama, un ambiente tranquilo, relajante y sin ruidos, también ayudan a conciliar el sueño. Todos conocemos lo molestos que resultan los vecinos ruidosos y cuánto trastornan nuestro descanso nocturno. No realizar cenas copiosas, es otra ayuda. Cuán incómodo es irse a la cama después de habar comido en exceso. Creo que todos somos conscientes de lo mal que nos sentimos cuando comemos de más, pues nuestro cuerpo se rebela y nos hace la advertencia pertinente. Tomar una tisana relajante también puede ayudarnos a la hora de dormir. Y, por supuesto, no pensar en los problemas que podamos tener, ser capaces de aparcarlos durante unas horas es fundamental. Durante la noche tampoco vamos a poder solucionar nada y, además, si no dormimos bien estaremos deprimidos, cansados e irritables, con lo que nuestra mente no estará despejada para buscar la solución a lo que nos inquieta. Lo de dormir bien, es tan fundamental como lo de alimentarse bien. Por algo ,ambas, constituyen las funciones básicas de nuestro organismo.


De modo temporal, y no más de dos semanas, podemos recurrir al uso de medicamentos, pero siempre bajo prescripción médica. Entre los mismos, podemos señalar la diferhidramina y la doxilamina, ambos antihistamínicos sedantes. Pero tenemos que tener en cuenta sus efectos secundarios, como son: la somnolencia durante el día, sequedad de boca, estreñimiento y retención urinaria. Estos dos medicamentos están contraindicados en las personas que padecen glaucoma, epoc, apnea del sueño, enfermedad hepática grave, obstrucción del aparato digestivo o retención urinaria. Tampoco se aconseja en las mujeres embarazadas ni en las lactantes. Y en las personas mayores de 75 años provocan mayor riesgo de accidente cerebrovascular.


Existen productos naturales como la valeriana, de la que no se conocen efectos secundarios, pero no todos los estudios validan sus efectos reales sobre el sueño.


Últimamente se ha puesto muy de moda, recurrir al uso de la hormona melatonina, que incide en el ciclo natural del sueño, pero que presenta efectos adversos como la somnolencia durante el día y dolores de cabeza.


Como los medicamentos no se recomienda tomarlos más de dos semanas, y están indicados solo para un uso puntual, si fallasen las medidas higiénicas propuestas, podría ser necesario realizar una terapia cognitiva conductual para aprender nuevos hábitos para del sueño.


Espero que este articulo os haya aportado alguna luz sobre cómo solventar los problemas para dormir que muchos padecemos. Y solo me resta desearos buenas noches con un sueño reparador.


Imagen de - edad de niebla -

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