top of page
  • Foto del escritorBelén Matanza

Dejar de fumar, el gran reto



En mi último artículo os hablaba de lo perjudicial que resulta el tabaco para la salud, hecho sobradamente conocido, pues las propias cajetillas informan de tal circunstancia, y aun así, los fumadores siguen teniéndolo muy difícil para acabar con este nocivo hábito.


La razón de esta dificultad se encuentra en el síndrome de abstinencia que provoca la nicotina, con irritabilidad, insomnio, incremento del apetito, de ahí, que sea frecuente que las personas engorden cuando intentan abandonar el hábito tabáquico, apatía e incluso ansiedad. La buena noticia es que estos efectos negativos tienen una duración limitada a una semana. Creo que el pensar que vamos a estar mal, como mucho durante una semana, es motivación suficiente para intentar con todas nuestras fuerzas encerrar el cigarrillo en una caja de siete llaves para olvidarnos definitivamente de él. Como en todo, se va a requerir fuerza de voluntad y tener la firme convicción de que queremos dejar de fumar, la voluntad mueve montañas y sin ella nuestros intentos de abandonar el cigarro se quedarán en agua de borrajas.


Tenemos que estar convencidos de que queremos dejar de fumar


Por ello, antes de iniciar cualquier método debemos tener la firme convicción de que queremos abandonar el tabaco y, después, escoger el método que más se ajuste a nuestras necesidades. Porque métodos, como dicen los gallegos, ¨´haylos", y muchos. Pero no todos son igual de eficaces. Uno de los más conocidos es la terapia sustitutiva con nicotina, que actúa liberando nicotina en el torrente sanguíneo, pero a dosis mucho más pequeñas que un cigarrillo normal, y sin el alquitrán, el monóxido de carbono y resto de sustancias químicas que son las verdaderas causantes de las enfermedades provocadas por el tabaco. Aún así, tenemos presente que esta terapia nos puede ayudar a dejar el tabaco al permitir disminuir las ganas de fumar, pero el abandono del cigarrillo continuará siendo un acto de fe por parte del fumador, que tendrá que continuar apoyándose en su fuerza de voluntad para lograr su objetivo. Este método ayuda pero no quita el hábito.


Otro de los métodos más llamativos para dejar de fumar, es la hipnosis. Con respecto a esta terapia, he oído de todo, desde fumadores que dicen que consiguieron dejarlo de forma inmediata hasta los que dicen que no les sirvió realmente para nada. Siempre lo he relacionado con el hecho de que toda la vida he escuchado que no todas las personas pueden ser hipnotizadas y, para mi, esta técnica es la que constituye un real acto de fe por parte del fumador, dado que, a través del hipnotismo, lo que se pretende es alterar el estado de conciencia para eliminar las actitudes subconscientes que impiden dejar de fumar. La primera vez que se documento el uso del hipnotismo para dejar de fumar data de 1847 y, aún hoy, sigue siendo una técnica muy expandida aunque la evidencia científica sobre su eficacia es muy limitada.


Otro de los métodos más utilizados para dejar de fumar, son los cigarrillos electrónicos, existiendo muchas marcas en el mercado, que varían enormemente su composición, pues unos contienen nicotina y otros no. A día de hoy, la OMS no lo ha aprobado como método eficaz para dejar de fumar y, básicamente, su función principal es ayudar a reducir el consumo del tabaco, pero por si solo no permite abandonar el habito del mismo, y además, constituye un riesgo ya que muchos fumadores pueden llegar a pensar que han encontrado un método inofensivo para fumar, y acaben consumiendo más tabaco que con los cigarrillos normales.


Otra terapia muy novedosa, es la utilización del láser, que consiste en la aplicación de un diodo de baja potencia en determinados puntos del cuerpo con lo que se busca aumentar el nivel de endorfinas, mejorando el bienestar del paciente y tratando de hacer desaparecer la dependencia que tiene de la nicotina. Es un método natural e indoloro que bio estimula, a través de 28 puntos vitales, el aparato respiratorio y el digestivo. De esos puntos, 24 están en la cabeza, tres en el antebrazo derecho y uno en el tronco. Consiste en una sola sesión de una hora y otra de refuerzo a los ocho días, de veinte minutos, realizándose un seguimiento durante tres meses para confirmar que no se ha vuelto a tocar un cigarrillo.


Como veis, los métodos son muchos, por lo que, si el fumador, ha decidido firmemente abandonar su adicción, le recomiendo que se informe adecuadamente y requiera la ayuda de algún profesional. Me llamó especialmente la atención que en Francia, dentro de los hospitales, tenían una sección que se ocupaba de ayudar a abandonar el consumo del tabaco, combinando diferentes técnicas, pero prestando principalmente apoyo psicológico al paciente. Seria deseable que se copiase el modelo y que se empezase a hacer lo mismo en nuestro país, con lo que evitaríamos dejar a los adictos al tabaco perdidos en medio de toda esta marea de posibilidades que se le ofrecen y en la que muchos supuestos profesionales hacen el agosto, a veces aprovechándose de la inocencia del pobre fumador, que confía plenamente en lo que se le dice, y las más de las veces sale escaldado de su intento, y no solamente vuelve a fumar, sino que lo hace con más fuerza que antes. Para mi el secreto esta en dos cosas, fuerza de voluntad e información veraz. Y a por nuestro objetivo, que seguro que lo vas a lograr y tu salud lo va a agradecer.


Imagen de - edad de niebla -



118 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page