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  • Foto del escritorEstrella Collado

El estado más pequeño del planeta



Esta ciudad constituye el estado soberano más diminuto del planeta. Es un territorio legalmente extranjero para los ciudadanos de Roma, y la sede central de la Iglesia Católica. Su máxima autoridad es el Pontífice.


El Vaticano se encuentra ubicado dentro de la capital del antiguo imperio romano, con una superficie de 44 hectáreas, el espíritu de la ciudad santa se disemina por todo el mundo. Un suelo sagrado para los cristianos de los cinco continentes que suelen acudir en peregrinación. Su autoridad la anuncia desde la distancia la cúpula de la Basílica de San Pedro que domina todo el territorio circundante y la ciudad de Roma. Fue obra del genial arquitecto, escultor y pintor del Renacimiento italiano Miguel Ángel, a quien también se debe la autoría de las obras renacentistas que decoran la famosa Capilla Sixtina.


Al estado teocrático del Vaticano se accede a través de la Avenida de la Conciliación para desembocar en la inmensa y bulliciosa Plaza de San Pedro que forma un óvalo incompleto, a donde da El Palacio Apostólico, sede papal, y cuando el pontífice sale al balcón a dar la bendición puede acoger a más de 100.000 almas.


Un siglo antes de la Alta Edad Media los Estados Pontificios se extendían por toda Italia constituyendo un gran poder secular. Que se mantuvo hasta la unificación de Italia en el siglo XIX. El rey Víctor Manuel II invadió los estados eclesiásticos. El papa se declaró a sí mismo prisionero, recluyéndose tras los muros del Vaticano. Los sucesores se mantuvieron en la misma situación hasta que en 1929 Mussolini entró en negociaciones y se firmó un Tratado de Conciliación que reconocía la ciudad del Vaticano como estado secular independiente, con derecho de asilo, inmunidad e intercambio diplomático.


La Basílica de San Pedro, se erigió en el siglo IV, según cuenta la tradición, sobre la tumba del apóstol Pedro, primer pontífice de la cristiandad. Era una modesta fábrica de ladrillo con techumbre de madera. Mil años más tarde y debido a su estado ruinoso se derruyo para construir la actual, que está considerada la iglesia más grande de la cristiandad. Debajo se extiende un entramado laberíntico de catacumbas y antiguas ruinas de tiempos del imperio romano. El edificio tiene unos de 137 metros de altura, desde el piso de la iglesia hasta el remate de la última cruz de oro, su inmensidad impresiona. De su estructura de vigilancia forman parte las Fuerzas del Estado Papal: Guardia Suiza, famosa por sus vistosos uniformes, listados de rojo, amarillo y azul, sus llamativos cascos rematados en plumeros, y sus alabardas que tal parecen anclados en tiempos muy pretéritos, Gendarmes Pontificios y la Guardia Noble Palatina. Después del papa que es el Sumo Pontífice y ejerce el poder absoluto hay una amplia jerarquía eclesiástica y los rangos de Prelados, Chambelanes y Capellanes. Pero sin duda lo más relevante y cuando la multitud se siente más conmovida es cuando el papa avanza por la Basílica hasta el altar mayor con su mano en alto impartiendo las bendiciones entre el grito multitudinario ¡Evviva il Papa!


El ámbito de la ciudad se halla abierto al público, tanto si son cristianos o turistas ajenos a esta fe. Pueden visitarse la mayoría de sus importantes galerías de arte, y bibliotecas con sus grandes tesoros. El resto de la ciudad papal se halla cerrado para los visitantes a menos que posean autorización para atravesar la barrera custodiada por la guardia vaticana. Como dato curioso los gatos tienen la entrada prohibida en la ciudad santa. El responsable no es otro que el papa Gregorio IX, quien detestaba a estos animales y los consideraba “la encarnación del mal”. Siendo papa Inocencio VIII, de 1432 a 1492, la persecución a la brujería por parte de la Iglesia se potenció en toda Europa, y como es sabido la relación de estos felinos con la brujería estaba muy arraigada en la cultura popular, motivo por el que fueron oficialmente excomulgados por el Vaticano.


El estado del Vaticano concebido en breves confines tiene como principal fundamento, utópico, de su política exterior: la paz en la tierra.


Imagen de - edad de niebla -


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