No creo que haya ningún ser humano que no haya experimentado, en algún momento de su vida, un descanso agradable y relajado sentado en una mecedora y arrullado por su balanceo.
Las mecedoras han evolucionado a lo largo de la historia, son sillas o sillones que en lugar de patas tienen dos balancines, y existen variados modelos realizados en distintos materiales. Comenzaron a fabricarlas en serie a mediados del siglo XIX en Nueva York. Seguro que cuando pensamos en ellas o cuando las disfrutamos preguntamos: ¡Oh, cielos! ¿A quien se le ocurriría tan genial invento? Pues bien para despejar toda duda al respecto el inventor, de esta famosa silla, parece que fue, ni más ni menos, el físico, inventor y político estadounidense Benjamín Flanklin (1706-1790) en el siglo XVIII.
Flanklin está considerado como uno de los Padres Fundadores de la gran nación de los Estados Unidos de América. Otro aspecto sorprendente de su vida es la faceta de editor e impresor en Filadelfia, de los periódicos: la Gaceta de Filadelfia y Almanaque del pobre Richard. Con tan solo 23 años se enriqueció gracias a esta actividad editora y periodística.
Fiel hijo de la Ilustración fue un espíritu revolucionario, clave para la Revolución Americana. Muy crítico con la política de Londres, donde fue portavoz de varias colonias de América del Norte y luchó para que el Parlamento de Gran Bretaña derogara la llamada Ley del Timbre que no gustaba nada a las trece colonias por suponer un impuesto para mantener a las tropas que tenían en el país tras la victoria británica de la Guerra de los Siete Años. También fue el primer embajador de los Estados Unidos en Francia. Fue gobernador de Pensilvania . Abolicionista convencido luchó contra la esclavitud. Destacó como impulsor de diferentes iniciativas culturales en su país.
En su faceta de inventor también realizó una encomiable labor con numerosos inventos que nos han hecho la vida más cómoda y más segura, sin duda, uno de los más reconocidos mundialmente es el pararrayos.
Imagen de - edad de niebla -