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  • Foto del escritorMerche Toraño

Escribir en las redes sociales



"Todo pasa y todo queda·", decía Antonio Machado en aquel poema tan conocido, pero es que en1939, época de su fallecimiento, todavía no existía la red de redes, de lo contrario probablemente habría dicho algo como: Todo pasa en la vida y todo queda en Internet.


Aunque la era digital todavía no ha llegado a terminar con la versión impresa de la prensa escrita. La desaparición del periódico de papel es un augurio que se cierne sobre nuestras expectativas de futuro y, aunque haya quienes nos resistamos a que esto ocurra, cada día más, se pueden observar incipientes aprendices o imitadores de periodistas que sin ningún sentido del ridículo ni el más elemental sentimiento de pudor aprovechan, gracias a la facilidad que tiene para soportar escritos y las posibilidades de difusión que proporciona Internet, para explayarse, simulando el ejercicio de una profesión en la que en otro lugar no tendrían cabida sin poseer el dominio de unas pautas y reglas que les otorga el aval de periodista. Pero así estamos en una sociedad en la que en cualquier ámbito parece valer todo.


Internet, esa herramienta grandiosa y global que se ha convertido en el utensilio de comunicación más poderoso y que, como todo instrumento de poder, atesora peligros que se van descubriendo en la medida en que sus usuarios aumentan y los pícaros descubren en este colectivo un caldo de cultivo para cometer sus fechorías. Esta nueva fórmula de comunicar e interrelacionarse ha sido una revolución que irrumpió en muchos aspectos de la ciudadanía planetaria, favoreciendo a empresas, instituciones y particulares que se han adaptado y continúan adaptándose día a día a los continuos ajustes de esta nueva forma de comunicar que es acogida con el mismo entusiasmo que se haría con un recién llegado redentor.


La realidad se impone y también la prensa tradicional ha tenido que sucumbir a este fenómeno de masas, sumergiéndose en una ardua labor de reciclamiento e incorporación a las leyes de la evolución tecnológica, tratando de aprovechar lo mejor de cada una de ambas modalidades. Los usuarios han dinamizado su forma de lectura y por lo general el lector online no dispone de mucho tiempo para detenerse en las noticias, yendo directamente a aquello que les interesa, incluso simultaneando esa tarea con otras actividades. La inmediatez y velocidad de lectura que el propio medio impone, reclaman unos contenidos claros y concisos sin frases largas o innecesarias, separando los párrafos con doble espacio para facilitar a los usuarios las distintas fases de la información al primer golpe de vista; asumir el papel de autor-editor, pensar en títulos sugerentes y marcar con negrita aquello que se quiera destacar (Sería importante tener en cuenta el estudio realizado por Nielsen Norman en el que se dice que el recorrido por la pantalla es en forma de F)


Un "periodista" o periodista de 2.0 debe tener muy claro que se va a encontrar ante un medio con características diferentes. Un medio en el que resulta fundamental conocer y saber manejar el lenguaje y las diferentes herramientas digitales que Internet ofrece para utilizarlas en su trabajo con éxito. No puede ignorar el valor de las imágenes, añadir enlaces, vincular sus artículos a otros contenidos similares y facilitar acceso a estudios o encuestas que aporten credibilidad a lo que se escribe. El periodismo digital es una nueva forma de contar lo que sucede y, como todo lo nuevo, hay que aceptar que aporta cambios y partir desde la premisa de que, ante todo, debe seguir siendo periodista y manejar las competencias fundamentales de conseguir, ordenar y comprobar información.


Para alguien que hoy se manifieste solo en redes sociales y que quiera ser considerado periodista es condición sine qua non dominar el manejo de las herramientas digitales e incorporarlas a su tarea cotidiana.


Imagen de - edad de niebla -

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