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  • Foto del escritorMerche Toraño

Periodismo femenino en España Desde sus orígenes hasta la Transición




El comienzo de la mujer en el mundo de la prensa escrita es relativamente reciente y su incorporación fue uno de los logros femeninos conseguidos gracias a la tenacidad de muchas de ellas.


Cuando se habla de periodismo femenino, sería injusto no mencionar a dos pioneras: Francisca de Aculodi en el siglo XVII , considerada como la primera mujer que tuvo cercanía con el mundo de los periódicos y Beatriz Cienfuegos, fundadora del semanario La Pensadora Gaditana.


En el siglo XIX la Libertad de Prensa decretada por la Constitución de Cádiz de 1812, abría nuevas posibilidades al desarrollo del periodismo en España. Y sería a partir de esa fecha, cuando comenzarían a surgir cabeceras nuevas y revistas, sobre todo en el último tercio del XIX y principios del XX. Muchas de ellas, femeninas, propiciadas por mujeres de la burguesía madrileña y catalana. Algunas como La Voz de la Caridad, fundada por Concepción Arenal. Con estos antecedentes y los de otras escritoras, como Emilia Pardo Bazán o Carmen de Burgos, se respira un gran afán de libertad en el primer tercio del siglo XX que abre esperanzas a nuevos campos profesionales.


 Al mundo del periodismo se había venido accediendo desde la literatura y la política.


Ante la aparición en prensa de mujeres libertarias, las organizaciones eclesiásticas empezaron a alarmarse, y se fundan revistas católicas que demandan de las mujeres ejercer una prensa femenina que contrarrestre los escritos de las que piden una sociedad más abierta. El obispo de Jaca, en un artículo publicado en la revista Acción Católico-Femenina, les recomienda la vocación periodística que "podrían escribir sin salir incluso de casa". Y las anima de la manera siguiente :

"Aun tratándose de asuntos no particularmente interesantes para las mujeres, convendría que estas escriban en diarios católicos. La bienaventurada Juana de Arco peleaba entre caballeros. ¿Qué inconveniente hay  en que las damas cristianas, al ver en peligro los intereses más sagrados, empleen para la defensa de la causa de Dios los talentos con que las han distinguido, enviando sus producciones a los periódicos donde se le da a conocer y se le glorifica?" (Marrades, 1978:127)

En 1923 con la Dictadura de Primo de Rivera, se estableció la censura previa, suponiendo un nuevo retroceso para la prensa que, en 1931, con el advenimiento de la II República, se convierte en prensa opositora entre ideologías contrarias. Aparecen publicaciones de pequeña tirada, pertenecientes en su gran mayoría a los partidos políticos en las que las escritoras aprovecharon para reivindicar las cuestiones que consideraban les correspondían por género.


Después de la Guerra Civil, las pocas periodistas que trabajaban en medios de comunicación escritos, lo hacían desde la revista de la Sección Femenina o en magazines de moda, y con temas relacionados con los cuidados personales o de la familia. En este contexto histórico, como era de esperar, los hombres querían seguir manejando el campo de la prensa escrita, incluso escribiendo para ellas. Pese a ese muro de patriarcado, hubo mujeres que pasando por encima de los convencionalismos exigidos y arraigados y, aunque su época pretendiera negarlas, se sumergieron en el campo de las letras impresas, incurriendo con valentía en el mundo del periodismo. Y escribieron artículos que nada tuvieron que envidiar desde el punto de vista cualitativo a los de algunos varones conocidos.

Pero tuvo que ocurrir a fuerza de tiempo, y con más lentitud de lo deseado, que el periodismo fuera pasando, de ser un oficio desempeñado por los hombres, a ir permitiendo la incursión de presencia femenina en su ámbito de acción. Y, aunque en la actualidad, es una profesión que ejercen sin problema ambos géneros, hubo que llegar a los años cincuenta y sesenta para que la incorporación femenina a las redacciones significara un hecho habitual.


Fue, paradójicamente, la Prensa del Movimiento quien acogió a las primeras mujeres en prácticas. De las revistas que se editaban, 37 pertenecían al Estado y el Gobierno controlaba la Agencia EFE, la radiodifusión y más tarde la televisión. En este nuevo modelo de régimen fue determinante un estilo periodístico femenino, dirigido al buen mantenimiento del hogar y a los cuidados de la familia y personales.


Teniendo en cuenta, que en la promoción de1964 se graduaron cuatro mujeres en la Escuela Oficial de Periodismo, el protagonismo profesional en el campo de la prensa no sería igualitario para ellas hasta años después. En los periódicos españoles de 1910 ya se empezaba a utilizar un lenguaje más ágil y dirigido a las masas que en años anteriores y, propiciado por el impacto de la guerra en Europa, los temas europeos empiezan a cobrar cierto interés. En la segunda década del siglo XX comenzaron a surgir en España grupos de mujeres y asociaciones que impulsaron el feminismo más crítico, que fue reflejado en la prensa por escritoras de la época y que chocaba, y fue criticado, por los que defendían los principios más conservadores. En 1923, con la Dictadura de Primo de Ribera, se estableció la censura previa y esto supuso un nuevo retroceso. La llegada de la II República, en 1931, fue una época convulsa para la prensa con publicaciones que mostraban antagonismos ideológicos. En 1936, con el estallido de la Guerra Civil, la información pasó a convertirse en propaganda de las dos zonas combatientes y se confiscaron los periódicos que se ponían al servicio de los bandos que ocupaban un territorio contrario. Con la victoria del ejército de los nacionales vendrían 40 años de dictadura militar y un férreo control de los medios de comunicación que distingue dos periodos para la prensa: 1939-1966 y 1966-1975. En estas épocas la censura es aplicada con el máximo rigor, sin permisión para la más mínima crítica, que comenzó por eliminar todos los medios de comunicación que habían estado vinculados a la república. El Gobierno es el encargado de designar a los directores de los periódicos, y en esos años las mujeres que se adaptaron a las consignas franquistas pudieron tener un hueco en los medios de comunicación.


Se produjo un cambio en esta disciplina a partir de la llamada Ley Fraga de 1966, aprobada el 15 de marzo, que eliminaba la censura previa y la sustituía por el control preventivo. Aunque esta ley no fue la solución definitiva, facilitaría una relativa apertura en el sistema informativo. Las mujeres periodistas, como sus antecesoras hasta el año 36, comenzarían de nuevo a reivindicar el periodismo ideológico. Y ya, con la Facultad de Ciencias de la Información en 1971 (que había sustituido a la Escuela Oficial de Periodismo de 1941) y avanzando hasta 1978 con la llegada de la democracia, los medios de comunicación españoles experimentaron auténticos cambios en favor de la calidad técnica y de la libertad informativa. A partir de esa fecha, la eclosión de las mentes femeninas públicamente reprimidas desde 1936, encontrarían ese universo donde poder expandir sus fragmentos de creatividad hacía un destino en el que podrían ejercer un periodismo que, en ese momento, se pensaba sería más libre. Y hoy, la mujer puede ejercer esta profesión al igual que el hombre.


Pero aquí solo llegamos hasta la Transición. Otro cosa a día de hoy, para mujeres y también para hombres periodistas, es la libertad de prensa real, y los cambios que han sufrido las empresas de información convertidas en la actualidad en auténticos lobbys internacionales.


Imagen de - edad de niebla -

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