21 mar , Día Mundial de la Poesía
Hace bastantes años he sido muy lectora de poesía, cuando mi situación personal me dejaba espacio para la lírica, cuando mi mundo era poco más que yo y mis seres más cercanos, y podía permitirme gravitar exclusivamente en torno a mis circunstancias.
El paso del tiempo nos hace "pisar el suelo" y restringe la capacidad para el análisis a fondo de algo tan abstracto como son los sentimientos. Y la lectura de poesía hay que abordarla con predisposición a sentir, a entrar en el corazón de quien la ha escrito y empatizar con su estado anímico, porque solo así podremos percibir las múltiples dimensiones de la palabra. Es a través de ella que el autor expresa sus emociones más profundas. Pero ¿y el resto?, los hipotéticos lectores, esos a los que nos ha tocado vivir en una sociedad convertida en egoísta, con escasos valores morales, donde la lucha por una supervivencia protagonista es más agresiva que nunca y en la que apenas disponemos de tiempo para asimilar los múltiples acontecimientos que nos son anunciados cada día ¿disponemos del universo adecuado para ser receptores de los profundos mensajes de un poema? Sería maravilloso poder decir que sí porque a través de esta afirmación trasluciría una civilización con individuos ignorantes de las exigencias que supone una sociedad repleta de efectos de origen materialista y con la suficiente calma de espíritu para poder conectar con el alma del poeta.
Imagen de - edad de niebla -